Llevo silenciosa desde que llegamos de las vacaciones. La vuelta a casa fue un poco dura, de pasar más de un mes con los abuelos y tener ayuda infinita a vernos de nuevo solitos en la capital del reino... me ha costado mucho. Javi volvió súper espabilado, es un torbellino que no para un segundo quieto, y su mamitis ha aumentado un 100%. Todo esto me hizo estar varios días con un choque emocional debido a que nos planteamos llevarlo a la guarderia, yo me sentía realmente mal por pensar en llevarlo estando yo, de momento, en casa sin trabajar, y me veía la peor madre del mundo. Fue una mezcla de sentimientos raros, por un lado necesitaba tener unas horas al día para mi y por otra me sentía fatal al pensarlo, al final comprendí que no era malo necesitar tiempo para una misma y que a Javi le vendría bien relacionarse con más niños, empezar una rutina...y lo apuntamos a una guarde. Va a ir tres horas, de 9 a 12, ahora está en pleno proceso de adaptación, lleva tres días quedándose sólo una horita y hoy es su primer día de dos horas. Hoy, precisamente hoy, hoy que me ha costado la vida despertarlo, hoy que ha ido medio dormido...hoy ha llorado, y a mi se me ha roto el alma de cerrar la puerta de la guarde escuchando sus gritos, y encima dos horas...estoy contando los minutos para ir corriendo a buscarlo, imagino que se le pasaría en cuanto viera los juguetes y a sus compañeros, pero a mi aún no se me ha pasado, os lo puedo asegurar.
Ha sido la primera vez que ha reaccionado así, los demás días ha entrado tan normal, y ha salido contento. Espero que haya sido por ir más dormido de la cuenta y mañana vuelva a ir con su alegría de siempre.